Aveces, llegan ballenas a las playas, quedan varadas y mueren. En
ocasiones, en grupo. Otras veces, son ejemplares solitarios. Los expertos no
saben por qué ocurre este fenómeno, aunque una de las hipótesis es que los
sonares de los barcos afectan a la orientación de los cetáceos. Pero no siempre
es ésa la causa. Los desechos plásticos también puede provocar la muerte de los
grandes mamíferos marinos, que acaban muertos en las playas.

Hace falta mucha cantidad de
residuos plásticos para matar a un cachalote de 4.500 kilos y unos 10 metros de
largo. Pero así fue. A finales de marzo de 2012, un cachalote de ese tamaño
apareció muerto en una playa de Granada. No se sabía la causa de su muerte.
Renaud de Stephanis, de la Estación Biológica de Doñana, organismo
perteneciente al CSIC, tomó muestras biológicas para estudiar qué comía el
cachalote. Al abrir uno de los estómagos del animal se encontró la desagradable
sorpresa. Los investigadores contaron hasta 59 trozos de plástico. En total,
estos residuos pesaban casi 18 kilogramos. El plástico había reventado uno de
los estómagos. Es la cuarta vez (que se sepa) que ocurre esto en el mundo.


Los investigadores no sabían de dónde procedía el cachalote. Sí, los plásticos.
De los 2.400 kilos por año y hectárea de polietileno de larga duración que se
produce para los invernaderos.