Fabrican en Chile bolsas plásticas solubles en agua que no contaminan.
Con un ligero cambio en la fórmula del plástico, que permite sustituir el petróleo por la caliza, un grupo de emprendedores chilenos ha logrado fabricar bolsas plásticas y de tela reutilizables solubles en agua y que no contaminan.

"Nuestro producto deriva de una caliza que no daña el medio ambiente", aseguró Astete, director general de la empresa SoluBag, que espera comercializar sus productos a partir de octubre en Chile, uno de los primeros países de América Latina en prohibir el uso de las bolsas plásticas convencionales por los comercios.


Y para demostrar que el agua turbia que queda es "inocua" y sigue siendo potable, se bebe unos cuantos vasos de agua.
— Reciclar en una olla —

La fórmula hallada permite "hacer cualquier material plástico" por lo que ya están trabajando en la fabricación de materiales como cubiertos, platos o envases de plástico.
Las telas solubles en la misma agua caliente que sirve para preparar, por ejemplo, un té o un café, sirven para fabricar bolsas de compra reutilizables o productos hospitalarios como los protectores de las camillas, las batas y los gorros del personal médico y de los pacientes que suelen tener un único uso, dice por su parte Olivares.
Las telas solubles en la misma agua caliente que sirve para preparar, por ejemplo, un té o un café, sirven para fabricar bolsas de compra reutilizables o productos hospitalarios como los protectores de las camillas, las batas y los gorros del personal médico y de los pacientes que suelen tener un único uso, dice por su parte Olivares.

Otra ventaja de sus bolsas es que son antiasfixia, una causa importante de mortalidad infantil, ya que se disuelve al contacto con la lengua o con las lágrimas.
Con la fabricación masiva, que puede hacerse en las mismas empresas de donde salen los plásticos de ahora -basta con modificar la fórmula-, el precio de sus productos puede ser similar al de los actuales, aseguran.
En un mundo en el que en 2014 se fabricaron 311 millones de toneladas de plástico y para el 2050 si no se cambia el rumbo se fabricarán 1.124 millones de toneladas, Astete y Olivares esperan dar al cliente el "empoderamiento de ayudar a descontaminar el medio ambiente" porque "la gran ventaja es que el usuario decide cuándo destruirla", asegura.
La iniciativa ha ganado el premio SingularityU Chile Summit 2018 como emprendimiento catalizador de cambio, lo que les ha valido una pasantía para los inventores en Sillicon Valley a partir de septiembre.
La iniciativa ha ganado el premio SingularityU Chile Summit 2018 como emprendimiento catalizador de cambio, lo que les ha valido una pasantía para los inventores en Sillicon Valley a partir de septiembre.
Fuente: Ana Fernández, "El Comercio"