Seguimos viendo como a diario se
abandonan, incineran o entierran en vertederos 28 millones de envases y de
otros cuatro millones se desconoce el destino, según denuncia Retorna.
A menudo llegan noticias de que
alguien ha visto en su ciudad que los camiones de la basura mezclan la bolsa
amarilla con los residuos orgánicos, incluso que en las plantas de tratamiento
se tira todo mezclado al vertedero o se lleva a quemar. Sin lugar a dudas se
trata de hechos aislados que sirven para denunciar una situación que,
afortunadamente, se considera totalmente anómala y fuera de lo que son buenas
prácticas en la gestión de los residuos. De todas formas confiemos en el buen
hacer de gestores y responsables en cuanto a este asunto.
Sin embargo, seguimos viendo como
a diario se abandonan, incineran o entierran en vertederos 28 millones de
envases y de otros cuatro millones se desconoce el destino, según denuncia
Retorna. Los datos facilitados por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y
Medio Ambiente muestran que en España se recogen selectivamente el 35% de los
residuos de envases.
Estos residuos de envases
(plástico, vidrio, papel-cartón, entre otros) son gestionados, desde hace 13
años, por sociedades anónimas sin ánimo de lucro constituidas por empresas en
pro del reciclado y de la gestión adecuada de los residuos (SIG). El denominado
“punto verde”, que es una tasa que grava a cada uno ellos, es quien asegura
esta buena gestión. Por ello, cabría esperar tasas de recuperación más
elevadas, aunque las cifras varían mucho en función de quien las facilite.
Lo que es incuestionable es que
nuestro país está por debajo de la media europea en cuanto a recogida selectiva
y reciclaje, según los datos de la
Comisión europea (Eurostat marzo 2011). En el caso de los
envases ligeros (los depositados en la bolsa amarilla) apenas se supera el 25%
de reciclado, lejos de lo que el SIG correspondiente, en este caso Ecoembes,
afirma hacer.
Todos los ciudadanos sabemos que
el actual sistema de gestión de residuos tiene sus luces y sombras, pero lo
hemos asumido y participamos en él. Así lo demuestran las denuncias cuando se
observan malas prácticas. El sistema puede y tiene que seguir mejorando,
siempre que políticos, administraciones y los SIG lo permitan. Las medidas son
simples, recogida selectiva de la materia orgánica, puerta a puerta (recogida
de las diferentes tipologías de residuos en distintos días) y sistema de
depósito y devolución de envases (SDDR). Medidas necesarias para alcanzar el
objetivo de "residuo cero". Sumado, claro está, a una apuesta
contundente en la reducción en la generación de residuos.
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