Se llama contaminación acústica
(o contaminación auditiva) al exceso de sonido que altera las condiciones
normales del ambiente en una determinada zona. Si bien el ruido no se acumula,
traslada o mantiene en el tiempo como las otras contaminaciones, también puede
causar grandes daños en la calidad de vida de las personas si no se controla
bien o adecuadamente.
El principal causante de la
contaminación acústica es la actividad humana. Aunque el ruido ha existido
desde la antigüedad es a partir del siglo pasado, como consecuencia de la Revolución Industrial,
del desarrollo de nuevos medios de transporte y del crecimiento de las
ciudades, cuando comienza a aparecer el problema de la contaminación acústica
tal y como lo conocemos ahora. Un informe de la Organización Mundial
de la Salud
(OMS), considera los 70 dB (a), como el límite superior deseable. En España, se
establece como nivel de confort acústico los 55 dB{a}. Por encima de este
nivel, el sonido resulta pernicioso para el descanso y la comunicación.
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