El certificado energético es un documento obligatorio para todos los
inmuebles que se vayan a poner en venta o alquiler y para nuevas
construcciones, en vigor desde el 1 de junio de 2013. Sirve para medir la
eficiencia energética de una vivienda (similar a las etiquetas energéticas de
vehículos o electrodomésticos). Así sabremos si la vivienda consume más o menos
energía.
Según el Centro Nacional de Energías Renovables (Cener), el 80% de los hogares
españoles necesita una rehabilitación energética para mejorar sus sistemas de
calefacción y aislamiento.
Hay que tener en cuenta que el 60% de los edificios en España, se han
construido sin tener ninguna normativa mínima de eficiencia energética, por lo
que es una medida importante que se demande este certificado para comenzar a
concienciar a la población de la necesidad de construir viviendas más
eficientes o reformarlas para ello: aspectos como la localización geográfica,
ventilación, cerramientos de ventanas, la orientación, los materiales, sistemas
de calefacción… se tienen en cuenta a la hora de dar una u otra calificación a
la vivienda.
Los calificados como A, son los más eficientes y los que menos CO2 emiten,
mientras que los G son los menos eficientes energéticamente hablando.
El 80% de los hogares españoles necesita una rehabilitación energética
¿Cómo consigo este certificado?
Apenas 2 meses después de su entrada en vigor, la certificación energética
ya está siendo motivo de controversia, porque no han sido pocas las empresas
que se han lanzado a ofrecer ésta certificación a un precio reducido, en
ocasiones prometiendo una alta certificación si se escogen sus servicios.
La OCU estima que el precio oscila entre los 200 y 300 euros, y lo primero
es identificar a un técnico competente. Las comunidades autónomas están
obligadas a elaborar un registro de profesionales habilitados para estas
certificaciones. En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, hay que acudir a
la Dirección General de Industria,
Energía y Minas y consultar este registro para asegurarse de que tu
certificación la realiza un técnico acreditado.
Después, hay que comunicar el certificado a la comunidad autónoma, ya que
no tiene validez hasta que no es revisado por la Administración. En el plazo de
unos dos días hábiles aproximadamente (dependerá de cada comunidad), se
obtendrá la etiqueta energética con el número de registro asignado, lo que
significa que la vivienda ya está certificada y registrada con la supervisión
administrativa correspondiente.
No te olvides de…
Hay que tener en cuenta que realizar una compraventa o alquiler sin el
certificado energético supondría una infracción grave con sanción, por lo que
es totalmente obligatorio.
Cuando queremos vender una vivienda, recae siempre sobre el propietario y
no el comprador, la obligación de conseguir este certificado energético.
La calificación energética va a ser un factor que como compradores se
tomará en consideración a la hora de adquirir o no una vivienda, ya que si es
una alta certificación, influirá en el gasto energético, dándole un valor
añadido.
Fuente: Acciona
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