En el último mes de octubre se
publicaron los resultados de una investigación secreta realizada por la Revista OCU titulada
"Reciclado: trabajo fantasma", que tenía como objeto averiguar si los
aparatos eléctricos y electrónicos entregados en los puntos limpios y en las
tiendas que reciben estos aparatos usados realmente se reciclan.


Se trata claramente de una
muestra muy pequeña, con lo cual no se puede generalizar en cuanto a los
porcentajes de tratamiento de este tipo de residuos, pero sí se puede tomar
este estudio como un ejemplo de gestión puntual, en el cual se ha demostrado
que hay que estrechar la vigilancia de las autoridades administrativas en
cuanto al cumplimiento de la legislación en vigor. Lo que no se puede admitir
es que los recursos y esfuerzos empleados en la tarea del reciclaje sean mal
utilizados, trayendo como principal consecuencia la falta de confianza del
consumidor, sin la cual no sería posible llevar a cabo ningún tipo de gestión
de residuos de estos materiales.
El mensaje al consumidor es el de
que reclame si no aceptan recoger su aparato usado en las tiendas o denuncie a
las autoridades administrativas si sospecha de lugares donde se tratan estos
residuos sin descontaminar. En cuanto a los demás partícipes del ciclo del
reciclaje, se espera que haya transparencia en la información por parte de
todos los agentes implicados, que se invierta en la preparación del personal
que interviene en el proceso y, sobre todo, que se controle con más rigor el cumplimiento
de la ley.
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