10 de enero de 2012

¿ Dónde van a parar los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos ?

En el último mes de octubre se publicaron los resultados de una investigación secreta realizada por la Revista OCU titulada "Reciclado: trabajo fantasma", que tenía como objeto averiguar si los aparatos eléctricos y electrónicos entregados en los puntos limpios y en las tiendas que reciben estos aparatos usados realmente se reciclan.

La metodología utilizada consistió en que un reciclador autorizado cedió quince aparatos usados a la Revista y les asesoró sobre cómo se despiezan y reciclan, entre ellos frigoríficos, lavadoras, televisores y ordenadores. Dentro de cada aparato se ocultó un localizador por tecnología celular y en algunos de ellos un segundo localizador vía satélite. Se deshicieron de los aparatos de las tres formas previstas para su correcto reciclaje: algunos se depositaron en puntos limpios, otros fueron retirados a domicilio al entregarse otro aparato recién comprado y alguno fue entregado en una tienda, y posteriormente se siguió su recorrido durante tres meses.

Los residuos fueron entregados en distintas Comunidades Autónomas y, lamentablemente, solo 6 de los 15 aparatos llegaron a una planta de reciclaje autorizada. Algunos fueron despiezados en el propio punto limpio, dos entraron en una zona donde se perdió la señal del localizador y los demás acabaron en chatarrerías y descampados. Con respecto a los residuos entregados en la Comunidad de Madrid, tanto en punto limpio como recogidos a domicilio o entregados en tienda, casi en la totalidad de los casos el residuo ha llegado a plantas de tratamiento autorizadas.


Se trata claramente de una muestra muy pequeña, con lo cual no se puede generalizar en cuanto a los porcentajes de tratamiento de este tipo de residuos, pero sí se puede tomar este estudio como un ejemplo de gestión puntual, en el cual se ha demostrado que hay que estrechar la vigilancia de las autoridades administrativas en cuanto al cumplimiento de la legislación en vigor. Lo que no se puede admitir es que los recursos y esfuerzos empleados en la tarea del reciclaje sean mal utilizados, trayendo como principal consecuencia la falta de confianza del consumidor, sin la cual no sería posible llevar a cabo ningún tipo de gestión de residuos de estos materiales.

El mensaje al consumidor es el de que reclame si no aceptan recoger su aparato usado en las tiendas o denuncie a las autoridades administrativas si sospecha de lugares donde se tratan estos residuos sin descontaminar. En cuanto a los demás partícipes del ciclo del reciclaje, se espera que haya transparencia en la información por parte de todos los agentes implicados, que se invierta en la preparación del personal que interviene en el proceso y, sobre todo, que se controle con más rigor el cumplimiento de la ley.

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