Un estudio elaborado por un grupo
internacional de expertos ha calculado por primera vez de forma global la
velocidad del cambio climático. Los datos muestran, entre otras cosas, que
tanto en tierra como en el mar, la primavera se adelanta dos días cada 10 años
y que las especies, además de desplazarse “continuamente” utilizan otras
técnicas para adaptarse.
Una investigación en la que han
participado científicos de todo el mundo ha medido el ritmo al que se está
produciendo el cambio climático global y cómo estas variaciones afectan al
rango de distribución de las especies y a la llegada de las estaciones.
El trabajo, publicado esta semana
en Science, añade que la señal térmica que marca el comienzo de la estación
primaveral se adelanta unos dos días cada diez años, tanto en los continentes
como en los océanos.
En ecosistemas terrestres, el
calentamiento se ha producido tres veces más rápido que en los océanos, lo que ha
obligado a sus poblaciones a cambiar su distribución continuamente para
mantenerse en el mismo régimen térmico. Además de desplazarse, las especies han
modificado el momento de la reproducción o la puesta de huevos.
Sobre los océanos, los
científicos han trazado los mapas de todas estas transformaciones y han
observado que las áreas donde las especies están más afectadas son también las
más ricas en biodiversidad. El mayor impacto se produce en torno al ecuador,
donde existen puntos calientes de biodiversidad marina. La rapidez del cambio
climático en estas zonas supera los 200 kilómetros por
decenio.
“Cuando la velocidad del cambio
climático supera la velocidad de dispersión de los organismos, o cuando existen
barreras que la impiden, las especies solo pueden adaptarse o extinguirse”.
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