El suelo contiene altas
cantidades de carbono en forma de materia orgánica que proporciona nutrientes
para el crecimiento de las plantes y mejora la fertilidad de la tierra, así
como los movimientos de agua.
El calentamiento global podría ir
a peor a medida que los métodos de la agricultura aceleran la erosión del suelo,
que agota la cantidad de carbono que la tierra es capaz de almacenar, según un
informe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP).
De acuerdo al Libro del Año 2012
de la UNEP, se
calcula que un metro de tierra, de la más alta junto al suelo, almacena
alrededor de 2.200 millones de toneladas de carbono, que es tres veces el nivel
habitual de carbono en la atmósfera. "El carbono del suelo se pierde
fácilmente por la dificultad para reconstruirse".
"Las cantidades almacenadas
de carbono en la tierra son altamente vulnerables a la actividad humana. Estas
han disminuido significativamente y a veces muy rápido en respuesta a los
cambios en la tierra, así como por el uso que se le da a esta, como por ejemplo
la deforestación, el desarrollo urbanístico como reflejo de una agricultura
insostenible y otras prácticas forestales".
Tales actividades pueden romper
el equilibrio de la materia orgánica del suelo. Cuando esto sucede, parte del
carbón se convierte en dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero que es
uno de los principales contribuyentes al calentamiento global y su pérdida de
suelo.
Cerca del 24 por ciento de la
tierra global ha sufrido algunos declives en la salud y en la productividad en
el último cuarto de siglo, debido al uso insostenible de la tierra, según la UNEP. Además, el 60%
del carbón almacenado en la tierra y la vegetación se ha perdido, como
resultado de los cambios en el uso de la tierra, como la limpieza de tierras
para la agricultura y las ciudades desde el siglo XIX.
Asimismo, debido a la demanda
global de alimentos, agua y energía que se prevé que aumente de forma
dramática, la tierra se someterá a una creciente presión. En este sentido, el
análisis insiste en que si no se hacen cambios en la forma en que la tierra es
gestionada, más del 20 por ciento de los bosques, humedales, praderas y dehesas
en los países desarrollados, se podría perder una parte vital de los servicios
de los ecosistemas y de la biodiversidad para 2030.
No hay comentarios:
Publicar un comentario