En virtud de su resolución 63/111, de fecha 5 de diciembre de 2008, la Asamblea General
decidió que a partir de 2009, las Naciones Unidas designen el 8 de junio Día
Mundial de los Océanos.
El Día Mundial de los Océanos
brinda la oportunidad de reflexionar sobre su importancia para el desarrollo
sostenible de la humanidad. Constituye asimismo una buena ocasión para
reconocer numerosos y graves problemas que afectan a nuestros océanos.
Si no lo sabemos aún, es
necesario saber que el agua de los océanos y de los mares del mundo cubre dos
terceras partes de la superficie del planeta Tierra. Además, en los océanos se
halla casi el 90% de la biomasa mundial y muchísimos seres vivos habitan en sus
profundidades y que constituyen una fuente de infinitos recursos. El mar, en
interacción con la atmósfera, la litosfera y la biosfera, favorece unas
condiciones que posibilitan las distintas formas de vida en el planeta.
La contaminación del agua es una
de los peores desastres ecológicos que le puede ocurrir a los océanos. En aguas
contaminadas no puede resistir ningún ser vivo ya que es completamente nocivo
para la salud. Con el paso del tiempo el ecosistema de los océanos se ha ido
deteriorando y estamos llegando a un punto en el que el agua cristalina se está
por convertir sólo en un buen recuerdo.
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