No se oye, no se huele, ni se ve, pero está ahí: es la contaminación electromagnética (CEM). Silenciosa, en efecto, y por ello aún más peligrosa porque dañagravemente sin que te enteres. Muchas son las dolencias que ocasiona y muy pocos los que lo saben: Insomnio, cansancio, dolores de cabeza, vértigo, ansiedad, tínitus, leucemia infantil, cáncer. Afecta a lamelatonina del cerebro, rompe las cadenas de ADN… Una mesa en BioCultura Madrid acercará al público esta problemática que cada vez preocupa a más personas.
Si sufres alguno de estos síntomas, comprueba si tienes alguna antena de telefonía cerca, vigila tu móvil, teléfonos inalámbricos, instalacióneléctrica… Las radiaciones del móvil sonlas mismas que las del wifi, antenas, DECT, avisadores de bebé, tablets, ipads, bluetooth, etc.
Principio Alara: Una norma básica de seguridad radiológica Alara es un principio elemental para establecer cualquier medida de seguridad radiológica, según el cual hay que cumplir tres criterios básicos: distancia, blindaje y tiempo. Así, a mayor distancia, menos radiación; a menor tiempo de exposición, menos radiación; finalmente, el blindaje disminuye la radiación. Gran parte de la prevención radiológica se organiza en función de estos criterios. No así las radiaciones a que se somete a la población.
¿Cuál es la postura de los organismos oficiales?
¿Cuál es la postura de los organismos oficiales?
La OMS reconoce, desde 1973, que las antenas de telefonía constituyen un riesgo para la salud. La Agencia Internacional de Investigación del Cáncer, dependiente de la OMS, incluyó en 2001 a los campos electromagnéticos de baja frecuencia en la Clasificación de Sustancias Carcinogénicas. En 2011 incluyó en la misma categoría los campos electromagnéticos de los teléfonos móviles. El Consejo Europeo,en sus últimas resoluciones, como la 1815, insta a los estados miembros, haciendo recomendaciones concretas, para que se apliquen medidas de precaución.
A pesar de todas las advertencias, no se respetan ni las más básicas recomendaciones al respecto, ni se aplica la más mínima prudencia. Han metido de lleno estas tecnologías en nuestras vidas ignorando cómo nos pueden afectar.
¿Qué dicen los informes científicos?
Se habla de controversia científica, pero todos los estudios e informes independientes concluyen, sin excepción, que hay efectos nocivos muy graves para la salud. Algunos ejemplos son: Resoluciones de Salzburgo (2000), Informe Parlamento Europeo (2002), Estudio Reflex (2004), Llamamiento de Bruselas (2007), Estudio Bioinitiative (2007 en adelante), OMS (2011), Resolución 1815 del Parlamento Europeo (2011) y así un largo etcétera. Sus principales conclusiones son que los niveles de exposición “legales” aplicados en muchos países (incluido el nuestro), son miles de veces superiores a lo que la salud podría soportar.
Hay unanimidad, ¿Dónde está la controversia científica? En los estudios financiados o cofinanciados por las industrias que, claro, no encuentran peligro alguno para la salud. ¿Qué validez se le pueden dar a los informes de las propias empresas de telecomunicaciones con fortísimos intereses económicos?
¿Qué hacen los gobiernos?
En mayor o menor medida, casi todos los países europeos han adoptado precauciones con respecto al wifi, sustituyéndolo normalmente por conexiones por cable. También se han tomado medidas para minimizar los riesgos de los teléfonos inalámbricos y móviles. Bélgica, por ejemplo, prohíbe la venta de teléfonos móviles para niños y obliga a los fabricantes a facilitar la información sobre el SAR, (siglas en inglés de Tasa de Absorción Específica). A ciertas precauciones se han sumado EEUU, Rusia, China, Francia, Alemania, Noruega, Suiza, Suecia, Austria…y así una larga lista.
Pero en España…
A pesar de la sentencia del Tribunal Supremo de junio de 2012 admitiendo que las instalaciones de antenas de telefonía móvil suponen un riesgo para la salud y el medio ambiente, en nuestro país, no sólo no se ha tomado medida alguna sino que se acaba de aprobar la LGT (ley General de Telecomunicaciones), que da incluso más libertad a las empresas de telefonía para instalar sus mortíferas antenas en donde quieran. Además, a pesar de que la sobrecarga ha aumentado, los límites de exposición legales no se han modificado desde 2001.
El Parlamento Europeo ya le ha hecho a España tres requisitorias para que adecue su legislación sobre contaminación electromagnética, pero se hace caso omiso. Nuestros políticos están malgastando dinero en una tecnología peligrosa, pero también tercermundista y decrépita. La CEM sigue siendo silenciada. Fuente original: Asociación Vida Sana. Begoña Quintanilla
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