El día 28 de Enero se celebra el Día Mundial por la Reducción de las Emisiones de CO2, o también llamado Día Mundial de la Acción frente al Calentamiento Terrestre.
Este día fue designado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como el día clave del año para tomar decisiones en pro del cuidado de nuestro planeta, con el objetivo de crear conciencia y sensibilizar a los habitantes de nuestro planeta sobre el cambio climático y los impactos ambientales que esta ocasiona. También busca impulsar el desarrollo y aplicación de políticas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, tales como inversiones en desarrollo de fuentes de energía renovables, cambio a combustibles más limpios, mejoras en la eficiencia de los procesos de combustión y modificar las tendencias de consumo a través de la educación ambiental.
Principalmente, el Cambio Climático se ha producido por:
– El excesivo aumento de gases de efecto invernadero por quema de combustibles fósiles (carbón y petróleo principalmente).
– La producción agropecuaria y el cambio de uso del suelo, en especial la deforestación.
– La industrialización y actuales patrones de consumo.
– La gestión de residuos sólidos y líquidos en los países desarrollados produce altos niveles de gases de efecto invernadero debido al consumo de energías relacionadas con los patrones de consumo y la gran producción industrial.
El cambio climático es un problema global que afecta a todo el planeta, la preocupación es de todos los países, es así que se firma el Protocolo de Kyoto, un convenio internacional que intenta limitar globalmente las emisiones de gases de efecto invernadero y recientemente sustituido por el Acuerdo de París celebrado en 2015.
El dióxido de carbono (CO2) es uno de los gases de efecto invernadero (GEI) más conocidos por su impacto en el cambio climático, aunque hay bastantes más. Todos ellos, cuando llegan a la atmósfera, retienen parte del calor que el sol nos envía, al igual que en un invernadero. Sin ellos, nuestro planeta sería un bloque de hielo. Ahora bien, cuando la cantidad de estos gases aumenta y se altera el equilibrio, el clima cambia y se comporta de manera distinta.
El aumento del contenido de dióxido de carbono que se está experimentando actualmente es el componente principal del cambio climático global, por lo que debemos de dejar de lanzar CO2 a la atmósfera, así como los otros gases de efecto invernadero (metano, óxidos de nitrógeno, ozono, clorofluorocarbonos) o el calentamiento de la tierra será irreversible.
Cómo reducir las emisiones de CO2
La reducción de las emisiones de CO2 es un problema que incumbe a todos. Empresas, instituciones y ciudadanos pueden, en la medida de sus posibilidades y responsabilidades, contribuir con las siguientes medidas:
- Apoyar la eficiencia energética y el uso de renovables. El derroche de energía, proveniente en su mayor parte de combustibles fósiles, provoca el descontrol de las emisiones de CO2. Para impedirlo, los sistemas de eficiencia energética consiguen producir lo mismo con un menor consumo. Por su parte, las energías renovables evitan también la emisión de CO2 y el gasto de combustibles fósiles.
- Desplazarse de forma sostenible. El transporte y su consumo de energía es otro de los grandes emisores de CO2. Utilizar transporte público, ir en bicicleta o a pie, siempre que sea posible, ayuda a disminuir dichas emisiones.
- Compensar emisiones de CO2. El Protocolo de Kioto estableció diversos sistemas para reducir las emisiones de forma indirecta, como los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL).
- Conservar y mejorar los "sumideros de carbono". Bosques y océanos retienen el CO2, de manera que su cuidado ayuda que parte de dicho GEI emitido no llegue a la atmósfera.
Pero hay una gran cantidad de gestos que podemos realizar todos los días y que colaboran de manera significativa a reducir las emisiones de dióxido de carbono. Uno de ellos es depositar el vidrio usado en el contenedor verde, un acto que ahorra la emisión de 1 kilogramo de CO2 por cada ocho botellas que destinemos al reciclaje.
Tampoco conviene olvidarse de las emisiones asociadas a la generación de energía eléctrica. Con una serie de sencillos consejos (Revisar la potencia contratada o aislamientos térmicos) podremos reducir el consumo de electricidad en nuestro hogar, al tiempo que ajustamos la factura eléctrica y disminuimos nuestra huella de carbono.
Estas acciones las podremos incorporar fácilmente a nuestra rutina diaria, de forma que no solo lograremos beneficiar al planeta, sino que, en todos los casos, nuestra economía también lo agradecerá. Aprovecha el Día Mundial de la Reducción de las Emisiones de CO2 para hacer tu vida más sana, generosa, ecológica y barata.
Es muy fácil ayudar a nuestro planeta, que a fin de cuentas, es nuestra casa. ¡¡¡Apúntate a conservar la Tierra!!!
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