La ecología ha alcanzado enorme
trascendencia en los últimos años. El creciente interés del hombre por el
ambiente en el que vive se debe fundamentalmente a la toma de conciencia sobre
los problemas que afectan a nuestro planeta y exigen una pronta solución.
En 1866, el biólogo alemán Ernst
Haeckel acuñó el término ecología, palabra que deriva del griego oikos, que
significa ”casa”, ”hogar” y logía, que quiere decir, ”estudio” o ”tratado de”.
Por tanto, etimológicamente, la
Ecología es la ciencia que estudia las condiciones naturales
en las que habitan los seres vivos. Según entendía Haeckel, la ecología debía
encarar el estudio de una especie en sus relaciones biológicas con el medio
ambiente.
El conocimiento de la naturaleza
y de los cuidados que ella requiere deberían ser temas primordiales en los
procesos educativos actuales. El sistema educativo, precisamente, debe proveer
hoy información sobre ecología a todos los niveles: desde el cuidado de un
animalito doméstico, pasando por las charlas cotidianas de los maestros o el
trabajo en huertas escolares en los niveles primario y medio, hasta las
especializaciones terciarias y la concientización de los profesionales de otras
áreas en institutos y universidades.
Ecología es la ciencia que
estudia los ecosistemas. Éstos están formados por el medio físico y los seres
vivos que habitan en él. Entre estos elementos se establecen numerosas
relaciones, que son las que garantizan su equilibrio.
Los seres vivos están en
permanente contacto entre sí y con el ambiente físico en el que viven. La
ecología analiza cómo cada elemento de un ecosistema afecta los demás
componentes y cómo es afectado. Es una ciencia de síntesis, pues para
comprender la compleja trama de relaciones que existen en un ecosistema son necesarios
conocimientos de botánica, zoología, fisiología, genética y otras disciplinas
como la física, la química y la geología.
Hacia 1925, August Thienemann,
Charles Elton y otros impulsaron la ecología de las comunidades. Trabajaron con
conceptos como el de cadena alimentaría, o el de pirámide de especies, en la
que el número de individuos disminuye progresivamente desde la base hasta la
cúspide, desde las plantas hasta los animales herbívoros y los carnívoros.
Nuevo nombre para un viejo
problema
Ni los problemas que trata la
ecología son nuevos ni la ecología es sólo una moda pasajera. Ya en el período
Neolítico, diez mil años atrás, los hombres talaban bosques para obtener madera
y abrir claros donde sembrar los granos de los que se alimentaban. Así
resultaron alterados los ecosistemas en los que esas comunidades vivían. En
Grecia, Platón dejó testimonio escrito de la deforestación de ciertas montañas
del Ática, que habían quedado como "el esqueleto de un cuerpo enflaquecido
por la enfermedad". El agua, observaba el filósofo, "no se perdía
entonces como ocurre hoy, discurriendo sobre el terreno desnudo".
Desde luego, el problema no
afectó sólo a la Antigüedad:
a lo largo de la historia diversas áreas terrestres se vieron modificadas por
la acción del hombre. Por ejemplo, a partir de la década del '50 la agricultura
experimentó un crecimiento favorecido por los adelantos en ingeniería genética
de semillas y desarrollo de agroquímicos. Esta intensificación del uso de las
tierras ocasionó la degradación de las mismas y la necesidad de explotar nuevas
áreas.
Al desaparecer los bosques no
sólo se pierde la capacidad de renovación del oxígeno en la atmósfera, sino que
también se reduce la fertilidad del suelo y se incrementa su erosión.
Visión de conjunto
La Tierra afronta serio
peligro de contaminación y muerte de especies vegetales y animales, y también
de los suelos, la atmósfera, los ríos y los mares, que sustentan la vida.
Conscientes de la gravedad de la
situación, los países miembro de las Naciones Unidas se reunieron en 1992, en la Conferencia sobre
Medio Ambiente y Desarrollo conocida como la Cumbre de Río de Janeiro. Allí, gobernantes,
científicos y periodistas de todo el mundo, informaron y alertaron sobre los
problemas del desarrollo industrial y tecnológico.
La gran cantidad de deshechos que genera el hombre, suele quemarse o
utilizarse en rellenos sanitarios para atenuar el impacto que esto procuce, los
países más desarrollados fomentan el reciclado.
La falta de cuidados por parte del hombre hacia otros seres vivos pone
en peligro de extinción a muchas especies, el oso panda, algunos batracios, las
focas del ártico o las ballenas de los mares del sur son algunas de ellas.
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