23 de enero de 2015

En Mexico descubren cómo hacer plástico biodegradable con desechos de leche

Es curioso, pero muchos de los desechos orgánicos pueden emplearse para fabricar productos sintéticos. Ahora que el plástico derivado de hidrocarburos ha inundado nuestra vida cotidiana y con ello contaminado nuestros mares, ríos y entorno en general (sobre todo por su larga vida), poco a poco van emergiendo nuevas fórmulas gracias a alternativas para generar plástico biodegradable. ¿Quién dijo que todo lo desechable habría de ser contaminante?

Un grupo de mexicanos de la empresa de biorefinería Xeiba Nutraingredients ha ideado una forma inédita para generar plástico biodegradable, entre muchos otros productos. El aliciente es inesperado: se trata del lactosuero, un desecho contaminante de la industria quesera que, como su nombre alude, proviene de la leche. 90% del total de la leche usada por la industria quesera en México es eliminado en forma de lactosuero, el cual retiene cerca de 55% del total de ingredientes de la leche como la lactosa, proteínas solubles, lípidos y sales minerales; por ello, también es una fuente rica de nutrientes que sirven para elaborar suplementos alimenticios.

Aunque se trata de un desecho orgánico el lactosuero es altamente contaminante, pues altera las propiedades del suelo y contamina el agua, disminuyendo las posibilidades de vida en ella. En México cada año son eliminadas, sin tratamiento alguno, 6 mil toneladas de lactosuero. Por esta problemática la empresa de biorefinería Xeiba Nutraingredients descubrió este año, para un concurso de empresas verdes, cómo transformar el lactosuero en ácido láctico, el cual, además de servir para usos como fabricación de ropa (funciona como el nylon), cubiertos, productos con aplicaciones médicas como prótesis, tornillos y agujas, así como prototipos en 3D, también es útil para suplementos alimenticios, barras energéticas, probióticos, conservadores naturales y plástico biodegradable (PLA).

Sobre todo la última alternativa, el plástico biodegradable (PLA), ha resultado en una opción que suena atractiva no sólo para la industria, sino vívidamente positiva para el medio ambiente. Antes de este invento el ácido láctico se extraía del almidón de maíz, de la yuca o de la caña de azúcar, pero ahora se ha encontrado una manera de evitar dos tipos inminentes de contaminación: el derivado del lactosuero y el del plástico tal como lo conocemos.

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