Es curioso, pero muchos de los desechos orgánicos pueden emplearse para fabricar productos sintéticos. Ahora
que el plástico derivado de hidrocarburos ha inundado nuestra vida
cotidiana y con ello contaminado nuestros mares, ríos y entorno en
general (sobre todo por su larga vida), poco a poco van emergiendo
nuevas fórmulas gracias a alternativas para generar plástico
biodegradable. ¿Quién dijo que todo lo desechable habría de ser
contaminante?
Un grupo de mexicanos de la empresa de biorefinería Xeiba Nutraingredients ha ideado una forma inédita para
generar plástico biodegradable, entre muchos otros productos. El
aliciente es inesperado: se trata del lactosuero, un desecho
contaminante de la industria quesera que, como
su nombre alude, proviene de la leche. 90% del total de la leche usada
por la industria quesera en México es eliminado en forma de lactosuero,
el cual retiene cerca de 55% del total de ingredientes de la leche como
la lactosa, proteínas solubles, lípidos y sales minerales; por ello,
también es una fuente rica de nutrientes que sirven para elaborar
suplementos alimenticios.
Aunque se trata de un desecho orgánico
el lactosuero es altamente contaminante, pues altera las propiedades del
suelo y contamina el agua, disminuyendo las posibilidades de vida en
ella. En México cada
año son eliminadas, sin tratamiento alguno, 6 mil toneladas de
lactosuero. Por esta problemática la empresa de biorefinería Xeiba
Nutraingredients descubrió este año, para un concurso de empresas
verdes, cómo transformar el lactosuero en ácido láctico, el cual, además
de servir para usos como fabricación de ropa (funciona como el nylon),
cubiertos, productos con aplicaciones médicas como prótesis, tornillos y
agujas, así como prototipos en 3D, también es útil para suplementos
alimenticios, barras energéticas, probióticos, conservadores naturales y
plástico biodegradable (PLA).
Sobre todo la última alternativa, el
plástico biodegradable (PLA), ha resultado en una opción que suena
atractiva no sólo para la industria, sino vívidamente positiva para el
medio ambiente. Antes de este invento el ácido láctico se extraía del
almidón de maíz, de la yuca o de la caña de azúcar, pero ahora se ha
encontrado una manera de evitar dos tipos inminentes de contaminación:
el derivado del lactosuero y el del plástico tal como lo conocemos.
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